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Cómo Prevenir el Burnout en Psicólogas

¿Te ha pasado que sientes agotamiento, estrés permanente o incluso te notas más irascible de lo normal? Si además es algo que se mantiene en el tiempo, podríamos estar hablando del Síndrome de Burnout. Sigue leyendo hasta el final si esto ha resonado contigo, porque vamos a dejarte algunos consejos para prevenirlo.
Trabajar dando terapia psicológica es muy gratificante pero también puede ser increíblemente demandante. Las psicoterapeutas solemos estar expuestas a altos niveles de estrés emocional y psicológico al dedicar la mayor parte de nuestra jornada a pensar y hablar sobre situaciones a menudo muy complejas. En este artículo podrás entender mejor qué es el burnout, cómo se puede manifestar (concretamente, en psicólogas), las consecuencias que puede traer, y, lo más importante, cómo prevenirlo.
1. ¿Qué es el Burnout?
El Burnout, es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que es resultado de un estrés crónico relacionado con el trabajo. No tiene que ver, por tanto, con sentirse más cansada después de un día de trabajo, sino con una sensación persistente de desgaste que afecta a la capacidad de realizar el trabajo y también a la salud de la persona.
Maslach y Jackson investigan y establecen el Modelo tridimensional del Burnout, en el que identifican 3 dimensiones principales:
- Agotamiento emocional: Te sientes cansada y drenada emocionalmente, y sientes que no tienes recursos ni energía para afrontar el día y gestionar las diferentes situaciones que aparecen.
- Despersonalización (o cinismo): El burnout suele afectar especialmente a personas que trabajamos en interacción con otras personas a las que damos algún tipo de servicio (médicas, enfermeras, psicólogas…). Podría aparecer una actitud fría, distante o cínica hacia los pacientes o el trabajo en general.
- Baja realización personal (ineficacia profesional): Hacemos una valoración negativa del trabajo realizado. Sentimos que el trabajo que estamos haciendo en realidad no es de ayuda y dudamos de nuestras capacidades.
2. ¿Cuáles son los síntomas del Burnout?
En el contexto de la terapia psicológica, el burnout puede manifestarse de varias maneras. Los síntomas pueden variar dependiendo de cada persona, pero generalmente incluyen:
- A nivel físico: insomnio, dolor de cabeza dolores musculares, falta de apetito, palpitaciones, migrañas…
- A nivel psicológico/emocional: ansiedad, bajo estado de ánimo, irritabilidad, apatía, pensamientos catastrofistas, dificultad para concentrarse, falta de motivación…
- A nivel conductual: ausentismo laboral, reducción de la calidad del trabajo, malas relaciones con compañeros, aislamiento social…
3. ¿Qué consecuencias puede tener el Burnout?
El burnout afecta el bienestar inmediato reflejándose en los síntomas que acabamos de repasar pero también puede tener consecuencias a largo plazo si no se buscan formas de abordarlo. A continuación, detallamos algunas de las consecuencias más comunes:
- Problemas de salud mental y física: El estrés crónico puede contribuir a desarrollar problemas de salud mental, como ansiedad, depresión o trastornos de sueño, y problemas físicos, como dolores de cabeza, insomnio o trastornos digestivos.
- Abandono profesional: En casos extremos, el burnout puede llevar a las psicólogas a abandonar la práctica clínica debido a la fatiga emocional y el agotamiento general.
4. ¿Cómo prevenimos el Burnout?
Prevenir el burnout es fundamental para garantizar el bienestar de las psicólogas. Aquí te comparto algunas estrategias eficaces para prevenir el agotamiento emocional:
- Establecer límites claros entre lo personal y lo profesional: Uno de los mayores retos al trabajar como psicóloga es el “contagio emocional”, por el que podríamos sentir emociones muy intensas debido a escuchar hablar sobre ellas y verlas en los pacientes. Esto puede llevarnos a la sobrecarga emocional. Para prevenirlo, es importante establecer límites claros entre la vida profesional y personal.
- Ejemplo: sería interesante limitar el tiempo que dedicamos a revisar y preparar casos antes o después de las sesiones para no llevarnos el trabajo a casa. Poder tener momentos para relajarnos y desconectar totalmente de nuestro trabajo es imprescindible. Cambiar de espacio físico también podría ayudarnos a separar ambas cosas (Si trabajas desde casa, cambiar de habitación incluso).
- Supervisión y apoyo profesional: En general, el trabajo de una psicóloga puede ser un tanto solitario. Tener sesiones de supervisión profesional puede ser importantísimo para procesar tus experiencias y emociones, así como hablar sobre las dificultades profesionales de casos concretos. Hablar con otras psicólogas puede darnos distintas perspectivas y también ayudarnos a gestionar el impacto emocional de nuestro trabajo. Si trabajáis en equipo, las actividades de “Team building” también podrían ser una buena idea.
- Ejemplo: Programar sesiones de supervisión para hablar de los casos que más complicados se os hagan de llevar, plantear un tiempo dedicado a ayuda con el caso en sí, y un tiempo dedicado para hablar de cómo os está haciendo sentir ese caso en concreto.
- Fomentar la red de apoyo social: Es vital tener un círculo de apoyo de amigos y familiares. Hablar con otras psicólogas sobre las dificultades que enfrentamos puede ser terapéutico y ayudarnos a sentirnos menos solas en nuestra labor pero también es importante poder desconectar del rol de psicóloga y poder disfrutar con otras personas.
- Ejemplo: Por un lado, tendríamos la posibilidad de crear un grupo de apoyo con colegas psicólogas donde podamos compartir experiencias y, por otro lado, dedicar tiempo a realizar actividades con amigos que no tengan que ver con la psicología. A veces, planificar lo que vamos a hacer en ese tiempo libre puede ayudarnos a sentir motivación por ello y mejorar nuestro estado de ánimo.
- Practicar el autocuidado: El autocuidado no es sólo tener tiempo libre, sino que también implica cuidar de nuestro bienestar físico, emocional y psicológico. Realizar actividades que nos recarguen energías puede marcar una gran diferencia. Aunque el autocuidado se puede ver diferente en cada persona, el ejercicio físico, la meditación, salir a caminar al aire libre y las actividades creativas pueden ser formas de desconectar.
- Ejemplo: Dedicar al menos 30 minutos al día a una actividad que te guste y que estés dejando más de lado (leer, hacer yoga, caminar, pintar). En este blog, te dejamos una lista con ideas de actividades para el autocuidado para que elijas la que más te podría apetecer por si no sabes por dónde empezar.
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5. Fuentes
Maslach, C., y Jackson, S. E. (1981). The measurement of experienced burnout. Journal of Occupational Behavior, 2(2), 99-113. https://doi.org/10.1002/job.4030020205
Yang, Y., y Hayes, J. A. (2020). Causes and consequences of burnout among mental health professionals: A practice-oriented review of recent empirical literature. Psychotherapy, 57(3), 426-436. https://doi.org/10.1037/pst0000317
Rokach, A., y Boulazreg, S. (2022). The COVID-19 era: How therapists can diminish burnout symptoms through self-care. Current psychology, 41(8), 5660–5677. https://doi.org/10.1007/s12144-020-01149-6

Ana Álvarez
Psicóloga general sanitaria
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